Los frutos sirven para alimentar y ayudar a
los demás y cuando caen en tierra dan nuevas semillas que producen
nuevos árboles y se crea un bosque de comunidades.
Así es la vida de cualquier creyente o de cualquier comunidad de base. Bien metida
en la tierra (el mundo en que vive), unida a la raíz (Cristo), y al
tronco de la iglesia, formando comunidad con las demás ramas, dando
bellas flores de oración y celebración que se convierten en frutos de
acciones, buenas obras de paz, justicia, servicio y caen de nuevo en
tierra para seguir dándole vida.
Este es un fragmento del folleto LA COMUNIDAD DE BASE ¿Cómo hacerla vivir?
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